… Se dice que… las personas con alguna enfermedad mental carecen de Habilidades Sociales.
Primeramente, hablamos de: trastornos esquizofrénicos, trastornos esquizoafectivos, trastornos bipolares, estados paranoides, depresiones, trastornos obsesivos-compulsivos, trastornos de personalidad, trastornos neuróticos, y otros como trastornos duales, daño cerebral adquirido, etc.
Así mismo, presentan déficits en mayor o menor grado con respecto al autocuidado, autonomía, funcionamiento cognitivo, autocontrol, relaciones interpersonales (habilidades de comunicación y expresión emocional con personas significativas de su entorno), interacción familiar, la interacción con el entorno (manejo del dinero y de las compras, alojamiento, transporte, actividades de ocio al ocio y tiempo libre).
Existen evidencias que señalan el déficit en habilidades sociales como uno de los factores más influyentes en el desarrollo y evolución de la enfermedad mental, concretamente en el caso de la esquizofrenia, donde los síntomas propios del trastorno conducen al detrimento de estas habilidades. La incomunicación y el aislamiento social que deriva de ello predispone al malestar psicológico y alteraciones emocionales como ansiedad y depresión.
La duración de dichos síntomas y su tratamiento debe ser superior a dos años y detectarse en la persona una disfunción moderada o severa de su funcionamiento familiar, laboral y social.
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