HISTORIAS DE VIDA
Soy Othman, de Marruecos. A los 13 años dejé de estudiar y empecé a trabajar en la pastelería de mi hermano, trabajé bastantes años con él. Con el tiempo la idea de ir a España cada vez coge más fuerza, entonces hablando con unos amigos, empezamos a mirar en comó podemos llegar a cruzar el estrecho, si nos ocurrió un forma barata pero muy arriesgado (como todos los otros)… así si nos ocurrió ir en kayaks hasta España.
Los días siguientes sin decirles nada a nuestras familias nos preparamos. El plan era entrar a Ceuta comprar kayaks, brújulas y algo de comida. Éramos tres, compramos todo lo necesario, y ese día el mar estaba muy agitado, así que volvemos a nuestras casas con todo, al día siguiente volvemos con el plan, y esta vez sí, esperamos que anochezca para hinchar los kayaks y partir, cuando veamos el momento. Llamé a mi madre, mi madre lo intuía ya (poder de madres), sabe que es peligroso, pero sabe que estaba decidido y en el fondo sabe que es lo mejor para mi si llego a salvo. nos despedimos llorando. Llega el momento de marcharnos. teníamos dos Kayaks, yo iba acompañado con uno de mis colegas, y tercero va solo, salimos a las 8 de la noche y empezamos a remar, había momentos que la brújula no funcionaba bien, se atascaba y hasta que pasa un tiempo no vuelve a funcionar bien, y resulta que no hemos desviado, así que volvemos a colocarnos bien. no sé cuántas veces nos pasó eso. A las tantas de la noche empieza a ver mucha niebla, y gracias a eso no nos pillaron, Porque escuchamos a un helicóptero encima de nosotros y gracias a la niebla y que nosotros íbamos en kayaks no pudieron vernos. al de un rato pasa con un barco bastante grande la guardia costera que tampoco nos vieron, pero si nosotros a ellos. Seguimos remando sin fuerzas en los brazos…. Hubo momento que hemos perdido a nuestro compañero, el tercero que iba en una kayak solo, empezamos a gritar su nombre pero nada, no sabíamos qué hacer, así que decidimos parar un poco y no movernos, sin dejar de llamarle, de repente le escuchamos y nos volvemos a juntar otra vez y en marcha. De repente de lejos vemos un luz pequeña y parecía que eso venia hacia nosotros a buena velocidad, nos acojonamos porque era un puto barco como una ciudad que venia hacia nosotros, empezamos hacer señales a gritar para que no nos atropelle, nos ve el barco y suelta unos pitidos que lo que hicieron era asustarnos mas tdoavia. de verdad que pensábamos que hasta aquí hemos llegado que esto acaba aquí. Imagínate esos pitidos y esa velocidad y el tamaño cada vez se veía más grande ese barco, pero no sé cómo pasó el barco se desvió y nos libramos y podemos contarlo. Necesitábamos tiempo para asimilar lo vivido, pero tampoco teníamos mucho tiempo así que a remar, porque queríamos llegar antes de que sea de día. A las 8 de la mañana estábamos ya en Algeciras. Vinieron familiares de mis compis y nos sacaron de allí, aproveche para avisar a mi madre de que he llegado a salvo.
No sabia que hacer ni a donde ir, pero decidí ir a Bilbao, me compraron el billete y vine. Los primeros meses estaba en la calle, comía en albergues y me duchaba en las duchas publicas. Encontre un sitio donde dormir que era todo una gozada de sitio, y no había gente solo yo con otro chico. Con el covid nos sacaron de la calle y conocí una asociación, y a partir de entonces era otra vida, todo empieza a mejorar.
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